Al recibir en Roma a los 5 militares italianos heridos en Irak, el ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, declaró que «el Estado italiano nunca retrocederá ni un centímetro ante la amenaza terrorista y reaccionará con toda su fuerza frente a quienes siembran el terror». Y después voló a Washington para participar en la reunión del “Pequeño Grupo” de la «Coalición Global contra Daesh». En ese grupo, bajo las órdenes de Estados Unidos, figuran Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Jordania y otros países que aportaron entrenamiento y armamento al Emirato Islámico (Daesh) y a otros grupos terroristas similares (lo cual hemos documentado desde esta publicación).
La coalición –conformada por la OTAN, la Unión Europea, la Liga Árabe, la Comunidad de Estados Sahel/Sahara e Interpol, más 76 países que figuran en ella a título particular– dice, en su comunicado del 14 de noviembre, «haber liberado Irak y el norreste de Siria del control de Daesh/ISIS», cuando en realidad es evidente que las fuerzas de la coalición permitieron voluntariamente el avance de Daesh/ISIS [1].
La realidad es que la derrota de Daesh y de otros grupos terroristas sólo comenzó cuando Rusia intervino militarmente en apoyo a las fuerzas del gobierno sirio.
La coalición también afirma haber «aportado 20 000 millones de dólares en ayuda humanitaria y para la estabilización a pueblos de Siria e Irak », así como haber «entrenado y equipado más de 220 000 miembros de las fuerzas de seguridad para estabilizar las comunidades locales». El verdadero objetivo de esta «asistencia» no fue la estabilización sino la continua desestabilización de Irak y Siria mediante la instrumentalización –ante todo– de los diversos componentes del secesionismo kurdo para desmembrar esos dos Estados, además de controlar sus territorios y sus reservas energéticas.
En el marco de esta estrategia, Italia, definida como «uno de los más grandes contribuyentes de la coalición», está implicada en Irak principalmente en el entrenamiento de las «fuerzas de seguridad kurdas» (los llamados «peshmerga»), sobre todo en el uso de armamento antitanques, de morteros y piezas de artillería y en el uso de fusiles de alta precisión mediante cursos especiales de formación de francotiradores. Actualmente operan en Irak unos 1 100 militares italianos divididos en varios destacamentos desplegados en diferentes puntos del país y dotados de más de 300 vehículos terrestres y 12 aeronaves, todo lo cual representa un gasto de 166 millones de euros, sólo en el año 2019.
Italia dispone también de una presencia aérea en Kuwait, con 4 cazabombarderos Typhoon, 3 drones Predator y un avión para el aprovisionamiento de combustible en pleno vuelo. Todo indica que las fuerzas especiales italianas –a las que pertenecen los 5 militares heridos– están participando en acciones de combate, a pesar de que oficialmente ssu misión es sólo de entrenamiento. La naturaleza de la actuación de las fuerzas especiales italianas, que ya era secreta, lo será en adelante todavía más ya que el mando de esas fuerzas, el COMFOSE, se traslada de su cuartel de Pisa al área limítrofe con la base estadounidense de Camp Darby, el mayor arsenal de Estados Unidos fuera del territorio estadounidense, donde también se realizan actividades de entrenamiento.
Otra misión de Italia en la coalición es codirigir el «Grupo Financiero de Oposición a Daesh» junto con Arabia Saudita y Estados Unidos, o sea precisamente junto a los países que financiaron y armaron a las fuerzas de Daesh y de otras formaciones terroristas [2].
Habiendo acumulado ya todos esos méritos, el ministro italiano de Exteriores Di Maio hizo a Washington una proposición que fue aceptada de inmediato: que Italia acoja la próxima reunión plenaria de la coalición, en 2020. Italia tendrá así el honor de recibir a incansables luchadores contra el terrorismo, como Arabia Saudita que, despues de haber financiado a los yihadistas de Daesh, ahora dedica sus petrodólares a financiar su propia guerra terrorista contra Yemen.
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
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