¿Tendremos por fin un ministro de Relaciones Exteriores que se comprometa a incluir a Italia en el Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares?
El ahora flamante ministro de Exteriores Luigi Di Maio firmó en 2017 la Parliamentary Pledge de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN por sus siglas en inglés), la coalición internacional laureada con el Premio Nobel de la Paz en 2017 [1]. Con aquella firma, el jefe político del Movimiento 5 Estrellas –ahora jefe de la diplomacia italiana– se comprometía a «promover la firma y la ratificación de ese Tratado de importancia histórica» por parte de Italia.
También firmaron aquel compromiso otros personajes que hoy son ministros del Movimiento 5 Estrellas –como Alfonso Bonafede (ministro de Justicia), Federico D’Inca (Relaciones con el Parlamento), Fabiana Dadone (Función Pública)–, así como parlamentarios de 5 Estrellas –como Roberto Fico y Manlio Di Stefano.
Pero existe un problema. El Artículo 4 del Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares estipula:
«Cada Estado parte que tenga en su territorio armas nucleares, bajo la propiedad o el control de otro Estado, tendrá que garantizar la rápida retirada de esas armas.»
O sea, para sumarse al Tratado de la ONU, Italia tendría que solicitar a Estados Unidos que retire del territorio italiano las bombas nucleares B-61 –que ya constituyen una violación del Tratado de No Proliferación– y renunciar al despliegue en suelo italiano de las nuevas bombas atómicas estadounidenses B61-12 o de cualquier otro armamento nuclear. Otro problema es el hecho que Italia está entre los países que, según declara la propia OTAN– «proporcionan a la OTAN aviones equipados para transportar bombas nucleares, sobre los cuales Estados Unidos ejerce el control absoluto, y personal entrenado con ese fin». Para integrarse al nuevo Tratado de la ONU, Italia tendría que solicitar a la OTAN ser eximida de esas funciones.
Pero eso es un pedido inimaginable para el segundo gobierno del primer ministro Giuseppe Conte, quien, al igual que durante su primer gobierno, considera a Estados Unidos como «aliado privilegiado».
Y es aquí donde se descubren las cartas. El compromiso ICAN fue firmado en Italia por más de 200 parlamentarios, en su mayoría miembros del Partido Demócrata y del Movimiento 5 Estrellas (unos 90 de cada uno), los partidos que actualmente gobiernan el país. ¿Cuál ha sido el resultado?
El 19 de septiembre de 2017, el día antes de que el Tratado se abriera a la firma, el Parlamento adoptaba una moción del Partido Demócrata (con el apoyo de Forza Italia y de Fratelli d’Italia) que comprometía el gobierno del entonces primer ministro Gentiloni a «evaluar la indisponibilidad de Italia para el uso de armas nucleares y a no comprar los componentes necesarios para hacer los F-35 aptos para el transporte de armamento nuclear». En otras palabras, que los aviones de combate F-35, concebidos para el ataque nuclear, específicamente con las bombas estadounidenses B61-12 fuesen utilizados por Italia con una especie de seguridad que impidiera utilizarlos con armas nucleares.
Al día siguiente, el Consejo del Atlántico Norte rechazó y atacó el Tratado de la ONU… con total respaldo de Italia. El Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares ha sido firmado hasta ahora por 70 países pero sólo 26 lo han ratificado, cuando es necesario que lo hagan al menos 50 países para que entre en vigor.
Lo mismo sucedió con el Tratado sobre las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), recientemente enterrado por Washington. Tanto en la sede de la OTAN, como en la ONU y en la Unión Europea, el primer gobierno del primer ministro italiano Giuseppe Conte se alineó con la decisión de Estados Unidos, dando luz verde a la instalación de nuevos misiles nucleares estadounidenses en Europa, incluso en suelo italiano.
La solemne firma del compromiso contra las armas nucleares por los parlamentarios del Partido Demócrata italiano, del Movimiento 5 Estrellas y de otras formaciones políticas italianas resultó ser finalmente no más que un recurso demagógico para ganar votos. Y si alguno de aquellos firmantes afirma lo contrario, que lo demuestre con hechos.
Por culpa del «inevitable vínculo con Estados Unidos», ya ratificado nuevamente por el primer ministro Conte en su discurso ante la Cámara, Italia se ve privada de su soberanía y convertida en línea del frente de la estrategia nuclear estadounidense, con el silencio cómplice y consensual de todos los partidos políticos.
Traducido al español por Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
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